martes, 14 de septiembre de 2010

Aquella tarde de otoño había decidido volver a aquel pueblo que había abandonado hace 15 años atrás. La tarde era oscura y entre la neblina muy pocas cosas se podían divisar. Me costo bastante poder encontrar aquella pequeña y colorida casa que guardaba en mi memoria, el barrio había cambiado tanto en 15 años y la neblina tampoco me ayudaba a poder ubicarme. Recordaba el nombre de las calles, pero para mi sorpresa muchas de ellas lo había cambiando desde ese entonces.
Tuve suerte de encontrar aquel viejo almacén en donde vendían mis galletas de avena preferidas, al entrar pregunte si sabían como llegar a la casa de Tess Coleman, el almacenero se sorprendió y quedo pensativo durante unos momentos, luego muy por lo bajo y casi con vergüenza me dijo..
-Eres tu.. Harrie Coleman?, asentí con la cabeza. Nos quedamos ambos unos segundos callados, luego rápidamente me indico como llegar y ruego que me apure, el agradecí y Salí nuevamente a la densa neblina. Note que mi presencia no le había agradado.
Seguí al pie de las letras las indicaciones de aquel hombre. Llegue a una vieja casa, con rejas chiquitas y toda la pintura llena de humedad y se notaba fácilmente que en cualquier momento comenzaran a caer sobre el suelo. Abrí la vieja y oxidada puerta y me acerque a tocar el timbre, sentía como gotas caían por mi frente y mis manos iban perdiendo el equilibrio. Finalmente presione aquel botón blanco y al instante escuche la voz de una joven que preguntaba quien era. Realmente me sorprendió escuchar aquella dulce voz, sin embargo dije mi nombre con un poco de vergüenza. Con la cara pálida y sorprendida la joven me abrió la puerta de madera que rechinaba cada centímetro que la misma se movía. Me indico rápidamente en donde se encontraba mi madre y al igual que el almacenero dijo “Apúrate”.
Corrí lleno de emoción y miedo hasta ese cuarto, pero cuando entre me fue casi imposible pensar que aquella vieja anciana, que se encontraba en una cama con su mirada perdida y la voz muy débil fuera mi madre. A l entrar pregunto quien era, seguramente también había perdido la vista o estaba a punto de hacerlo. Al decirle mi nombre comenzó a gritar y negarlo, mientras yo le aseguraba que su hijo era yo. Luego de unos minutos ambos quedamos en silencio y decidí muy lentamente acercarme a aquella cama de madera de roble. Cuando logre sentarme a su lado y pude tomar su mano, note que ella comenzaba a sentir mi peculiar aroma a hierba buena y tabaco para pipa y dijo de una manera muy dulce
-Se que talvez Lara, mi criada, pudo verte en la calle y aprovechando mi poca visión te pidió que vinieras hasta aquí a darme un poco de alegría a mis últimos días, pero podría reconocer a mi querido Harrie fácilmente. Soy vieja pero no tonta querido amigo y se muy bien que mi amado hijo era demasiado correcto e inteligente como para caer en el sucio vicio del tabaco, lo se por tu olor. Mi marido era una victima mas de el y…
-Y por eso el murió cuando yo apenas tenia cinco años, interrumpí. Sus pulmones eran un gran agujero negro lleno de humo.
-Si, veo que Lara te ah informado muy bien, pero no podrás engañarme, eh leído mucho y se de historia en las que la gente paga a otros para hacerme pasar por un familiar. Tengo un libro, mi preferido
-Lo se madre, se cual es, recuerdo aquellas noches sentados en el fondo del jardín, lo recuerdo. Adorabas el libro “Los árboles mueren de pie” y gracias a ti soy actualmente un aficionado por las obras de teatro. Juro en el nombre de mi padre que soy tu hijo!
-Lo siento, pero ya estoy grande como para recordar cosas tan lejanas, querido
-Mama, realmente no me recuerdas? O no deseas recordarme? Daría lo que sea por recuperar el tiempo perdido, oh madre querida, recuerdame1 Solía llamarte mamina cuando bebe. Madre lo siento, necesito abrazarte.
Se que ella continuaba con sus necios pensamiento, pero me permitió sujetarla entre mis brazos, hasta que ya no sentí sus débiles brazos sobre mi espalda y su aliento había dejado de hacerse oír. Sentí miedo, apoye a mi madre junto a aquel almohadón que mi abuela había tejido y corrí rápidamente a llamar a la joven muchacha, y esta sin dudarlo llamo al viejo medico del pueblo. Mientras lo esperábamos la joven me contó porque mi madre se encontraba así…
-Ella te amaba, eras lo único que ella tenía y era por eso que te cuidaba tanto y no te permitía salir tanto como a tus amigos. Luego cuando bruscamente desapareciste por esa puerta, Tess sufrio un grave shock y no pude aceptar nunca más tu partida. Al pasar los meses ella fue borrándote de su mente, creyendo que seria lo mejor para ella, pero al contrario, su pena se hizo mas grande e inevitablemente se enfermo y su memoria día a día fue borrando todo lo que había vivido, y finalmente termino así, junto a esa cama.
Llego el doctor y juntos fuimos a la habitación para ver a mi madre.
Para mi desgracia, ella había fallecido. En ese mismo instante comprendí todo lo que había perdido en aquellos años paseando por el mundo con aquella, hermosa y joven Lindsay, que hizo mis días muy felices, pero no tanto como aquellos años en donde mi madre me preparaba aquel te bien dulce con mis galletas preferidas.
Descubrí que mi madre fue lo mejor que había tenido y yo era actualmente alguien gracias a ella. Toda mi vida estaría agradecido con aquella mujer de gran corazón. By Sophia.
(Sacale el Harrie y ponele Sofia, sacale a mama y pone a mi abuelo, saca las consignas que dio la profesora, lee mi historia)